Monday, October 20, 2014

ESTE LUNES DE M…..!

Hoy es lunes lluvioso y oscuro,  de esos que sepultan cualquier fin de semana o  acaban con todo disfrute. Es uno de esos lunes que pesan, pero de los que pesan más. Antes de desayunar recibí la noticia de que murió mi prima Delia, a la que tenía años sin ver y mucho menos hablar. Nada trascendente había ocurrido entre nosotros, pero esta vida que no entiendo  separa a la gente sin motivo importante.

Yo tenía siete primas Rivero y sólo me quedan dos. Se fueron primero Nilka, Leticia,  Margot y la Nené Quirós; ayer se fue Delia y me quedan Elsa y Maritza. Y yo les quedo a ellas, pero como que si no. Nunca nos vemos, ni hablamos ni compartimos. Ni siquiera sé si queda afecto.

¿Qué sucedió entre nosotros? Distinto a una postura política y a un "incidente" laboral-patronal, no se me ocurre más. Yo creo que cada cual tomó su camino y punto.  Sin embargo quiero referirme hoy al par de dislates para no dejar cabo suelto en la historia con mi prima que partió. 

Lo primero fue que cuando casi nadie lo era, yo me hice Comunista. Pertenecí a aquella aguerrida juventud roja de la U.C.V., decente e ingenua,  y antes comencé a serlo en los zafarranchos  liceístas contra Pérez Jiménez. Puro papel, piedra,  grito y carreras, pero lucha es lucha.  En la Universidad fue algo más serio. Dos "carcelazos"  en épocas distintas recompensaron  mis "heroicidades". La primera detención fue el 18 de Enero de 1.958 en una manifestación en "El Silencio" (me  pasearon en una camioneta con rejas -de la policía municipal-  por dos horas, cinco días antes de huir el dictador) y la otra fue por cinco días en "Las Brisas", donde quedaba la DIGEPOL Me apresaron por "medida precautelativa", es decir,  por si acaso se me ocurría hacer algo, pues iba a tomar posesión Raúl Leoni. Allí compartí sótano con mi primo Augusto Barrios, hermano de Maritza.   Si mis detenciones fueron cortas lo lamento, pero no fue mi intención. Yo sé que eso le quita lustre a mi historia, pero fue así. Esa segunda vez me sacó de la cárcel mi compadre  y  concuñado  Alfonso Guevara y me evitó el tormento de seguir cantando "Bella Ciao" y "Jóven Guardia" todas las noches para que nos oyeran desde el autocine de "Los Chaguaramos";   de tener que levantarme de madrugada a cumplir mi turno para jugar  dominó, y de mandar a comprar cigarrillos con mis captores porque se quedaban con media cajetilla. Quisiera decir que me torturaron esos "malditos", pero no lo hicieron. Sólo me pusieron  en una lista negra que me dejó desempleado por dos años.  Fue en 1.964;  me rescató  del hambre ( ni tanta) la "Superintendencia de Bancos" en mi primera estadía allí  y lo hizo a riesgo. Claro, hace ya tiempo que regresé de esas ilusiones. Hoy sigo pensando que el Capitalismo es una aberración, pero también que el Comunismo es un disparate y el Socialismo una ingenuidad. Eso no me libró de haber sido  Chavista, pero ya Chávez se murió, lo que me deja en "Tierra de Nadie", lugar por donde pasan todos los tiros y  no se dispara ninguno.

El segundo inconveniente fue más corto. Defendí a mi  hermano Moisés Alberto en una disputa laboral/ familiar por prestaciones sociales.   Sometido el asunto a cónclave, la sentencia la dictó Margot, hermana de Delia: "¿A Moisés le pagaron después que reclamó?"  -preguntó desde Holanda-. Al respondérsele  que SÍ,  produjo  su dictámen terminante: "Entonces Moisés tenía el derecho y César la razón". Fin de esa historia, pero refrendado el distanciamiento. Por andar defendiendo trabajadores, quedé como Comunista otra vez (por cierto,  me mantengo en la Izquierda aunque hoy more solitario en "Tierra sin  Dueño") 

¿Y por qué escribo todo esto? Porque quiero despedir a mi prima con honestidad. Los Rivero son  una familia decente y merecen verdad y respeto. Me enorgullece pertenecer a ella, aunque no voy a ir al cementerio mañana porque no voy a los camposantos pues me producen dolor. Pero rezaré una oración por ella. Si son verdad las mentiras de la religión, o  mentiras las verdades de la Ciencia, nos veremos pronto. Entonces le  daré un beso y recrearé con ella la infancia. A Dios la encomiendo. Descanse mi prima en Paz y quede yo con su recuerdo. Al resto de la familia, condolencias y solidaridad.