Sunday, May 26, 2013

LA CAJITA PREDICTORA

Fue un Diciembre en familia de tres. La esposa-madre había fallecido y era la segunda Navidad sin ella. La primera no la celebramos, claro -nos dejó un 26 de noviembre- pero en la segunda traté de retomar la Vida. ¿Qué hice? Tuve una ocurrencia tonta que dicta la tradición: poner un arbolito, adornarlo y colocar bajo sus ramas tres paquetitos, cada uno con un nombre y un regalo. Uno era para mi, los otros dos para mis hijos. ¿Por qué digo que fue tonta? Porque no funcionó y he aquí el cuento. 

Uno de los dos chicos  gustaba de vestir y se arreglaba bien. A menudo lo veía limpiando su calzado antes de salir,  con un cepillito para quitarles el polvo y como trapo de pulir una de sus medias (!) Se me ocurrió entonces que la cajita de la foto podría ser un buen regalo para él y se la compré. Llegó a su tiempo  la media noche del 24 y abrimos los tres presentes. No recuerdo cual regalo tocó al mayor y mucho menos el que yo me concedí. Tampoco conservo en memoria otro detalle excepto el que voy a contarles. Sucedió  que a la mañana siguiente, cuando bajé y vi el arbolito, debajo de sus ramas permanecía la caja limpiadora. Parecía intocada luego de retirado el envoltorio. En su interior crema, cepillo y trapo, reposaban perezosos y expectantes. Opté por no decir nada y dejé la caja allí para que su dueño la retirase a conveniencia. Bueno, pues les digo: pasó un día, dos y tres y una semana y otra y una tercera. Extraño acontecer, ¿no? Arbolito y zapatera se hacían compañía en el recibo  y alargaban la Navidad. Sólo yo me hacía preguntas y no me las contestaba. Bueno, llegó el momento temido: tendría yo que desbaratar el "encanto festivo" y guardar el pino. Lo hice y como un "estímulo" -usado el término con sentido conductual- coloqué la zapatera al pie de la escalera para provocar una reacción en su dueño. Igual se mantuvo allí un día, dos y tres. Entonces yo, padre, guardé el regalo. ¿Saben? Esta mañana, algo más de veinte años después, la saqué de un closet y le tomé esta foto. Es una cajita predictora ésta de limpiar zapatos. Predijo ausencia de cariño en el corazón de un hijo. Acertó.  



Saturday, May 11, 2013

¿Por qué no existe un "Día del Abuelo"? ¡Fácil! No es sujeto comercial. ¿Qué puede regalársele a un abuelo? ¿Un pijama? ¿Unas pantuflas? ¿Una bata de casa, que por cierto ya no se usan? A los más osados quizá un licor dulce que además deberá beberse "encaletado" para evitarse las miradas de censura del hijo o la nuera. Estamos embromados los abuelos -a pesar de que fuimos quienes lo iniciamos todo-  así que pueden guardarse su día "and shove it up", si ustedes me entienden. ¿Por qué amanecí hoy con este sentimiento? Ah, porque mañana es "Día de las Madres", como dicta la "tradición". Siempre "madres para allá, madres para acá". De padres no digo, porque ellos siempre pagan sus propios regalos así se lo entreguen la esposa o los hijos. Pero bueno, al menos hay un día que sirve para la simulación. Lo que sucede es que a madre o padre hay surtido que regalarles -y por ende la posibilidad de comprarle a las tiendas que inventaron el  "Día".  ¿Pero cuánto puede ganarle un comercio a la venta de un pijama, unas cholas o un "Frangélico"? ¡Bah! ¡Que vayan los abuelos al chorizo; y por cierto, mientras más rápido mejor.